Análisis sobre la posverdad, las noticias falsas y cómo llegan al umbral de su empresa

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(Publicado en la web de Grupo Reputación Corporativa)

Madrid, 8 de mayo del 2018.-  Imagínese el despido de un empleado. Una situación siempre incómoda. Pero hoy puede tener un “plus de peligrosidad”. Éste empleado disfruta de una eficiente marca personal. Dispone de una gran comunidad profesional y personal en varias redes sociales. Una vez despedido tendrá la oportunidad de publicar su historia en su empresa, desde su punto de vista. No incurre en informaciones falsas, peros su enfoque subjetivo de despedido sí supone una reputación negativa para su empresa.

Otro ejemplo con mayor riesgo. Despide a un empleado y éste crea perfiles anónimos, compra miles de seguidores artificiales y comienza una campaña de noticias falsas contra su empresa. El problema es aún más grave.

Es cierto que las Fake News, las Noticias Falsas, son más propias de elecciones en grandes países, gobiernos o grandes empresas. Sin embargo, también pueden aterrizar en la puerta de su despacho, sin previo aviso.

Según un Informe de Edelman 2018, el 63% de la población mundial no es capaz de distinguir entre noticias verídicas y rumores. Durante el Siglo XX, a los medios de comunicación, prensa, radio y televisión, se les otorgó la plataforma que más se acercaba a la verdad de los hechos. Eran el único actor en esta misión.

En cualquier caso, la verdad absoluta es un mito, una utopía, no existe. Cada periodista, confirmando un hecho en 2 ó 3 fuentes de información diferentes, era y es lo más cercano a una verdad suficientemente creíble.

Sin embargo, Internet, la mayor revolución en la comunicación del ser humano, ha desplazado a los medios de comunicación a un actor más en aproximarse a la verdad de los hechos. Hoy, cada ser humano, cada grupo de seres humanos, impactan en el resto de seres humanos, con la misma eficacia que una noticia en la portada de El País (el periódico con mayor difusión en España). 

Nos fiamos más de personas/profesionales de nuestro entorno familiar o empresarial, que nos demuestran su especialidad. Porque los medios de comunicación pertenecen a empresas privadas con sus particulares intereses privados, que no tienen que coincidir con los intereses de los consumidores. Recordamos que los medios de comunicación públicos sirven fundamentalmente al partido político gobernante. Ya sea municipio, comunidad autónoma o nacional.

En este escenario, combatir las noticias falsas exige una estrategia global, exclusiva, por parte de los profesionales de la comunicación corporativa, digital y marca personal. Las campañas de noticias falsas siempre son imprevistas, por lo tanto, la primera media más razonable será fabricar un Protocolo de Crisis, actualizado año a año. Una guía que implique a todos los departamentos de su empresa.

Por ejemplo, el departamento de contabilidad conoce muy bien a qué riesgos enfrentarse ante un hecho no planificado. Un ataque informático que se apodere de los datos de facturación de sus clientes. O una usurpación de la identidad y el hacker envié a Hacienda o al Registro Mercantil datos falsos sobre su compañía. Esta crisis puede llegar a los medios de comunicación o un empleado puede descuidarlo en un comentario dentro de una red social.

Otro ejemplo. Evento interno festivo dentro de su empresa en un momento de bajas ventas. Las fotos y los vídeos de cada móvil lo convierten en un evento público con imágenes demasiado festivas de altos directivos…

(Termine de leer el análisis completo)